Jesucristo dijo: “Más bienaventurado es dar que recibir” Hc. 20:35
Los judíos clasifican a los hombres en cuatro categorías:
1.- EL APROVECHADOR El que dice: “Lo mío es tuyo, y lo tuyo es mío”
2.- EL JUSTO El que dice “Lo mío es mío, y lo tuyo es tuyo”
3.- EL AVARO EL que dice “Lo mío es mío, y lo tuyo también es mío”
4.-EL MISERICORDIOSO “El que dice: Lo mío es tuyo, y lo tuyo que siga siendo tuyo”
¿Quieres hacer feliz a otro? Entonces, comparte con ellos aunque sea un poquito de lo que tienes. La Biblia no obliga a nadie a que debe entregar lo que tiene a las demás personas, pero sí deja al criterio de cada quien, la benevolencia de su corazón para compartir con otros:
Lo que tú debes hacer: Deja un poquito de lo que es tuyo, para que otros disfruten: El pobre y el extranjero.
“Cuando segareis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo Jehová vuestro Dios.” Lev.23:22
Lo que los otros no deben hacer: No se pueden aprovechar de la benevolencia tuya, para recostarse. Toma el control.
“Cuando entres en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano; mas no aplicarás hoz a la mies de tu prójimo” Dt.23:25
“Cuando entres en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas hasta saciarte; mas no pondrás en tu cesto.” Dt.23:24 No los dejes que se te recuesten
En otras palabras; Dios no está de acuerdo con los abusadores, a quienes les gusta estar recostado. Por eso dice: “Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno.
A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan”. 2Tes.3:10
La vida en el medio oriente nunca ha sido fácil para el pobre, porque lo que gana no le alcanza para suplir sus necesidades básicas.
Por esa razón, se les decía a los grandes agricultores, que siempre dejaran un manojo para este tipo de persona.
Pero no para el flojo; que no quiere hacer absolutamente nada. Que vaya a trabajar. No los dejes que se te recuesten. La Biblia te apoya.
Esto no está en conflicto con esto otro: “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.” Gál. 6:10
Es una bendición hacer partícipes a otros de las bendiciones que Dios nos ha dado, porque:
“Más bienaventurado es dar que recibir” Hc. 20:35. Pero...
No los dejes que se te recuesten
DIOS TE BENDIGA
Rev. Lorenzo Pino
lorenzopino2@hotmail.com
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